Descripción enviada por el equipo del proyecto. En una parcela urbana de aproximadamente 1000m2 con una fuerte pendiente y con una edificación preexistente, se trata de insertar una nueva vivienda. Ambas viviendas compartirán espacios comunes dentro de la misma parcela, pero las habitarán dos propietarios diferentes. El propietario de la vivienda actual posee el 50% de la parcela y su edificio, nuestro cliente es titular de la otra mitad de la parcela y del derecho a construir la nueva vivienda. Ambos deben ponerse de acuerdo en la arquitectura para convivir sin interferencias.
El plan municipal establece que la edificación debe responder a una tipología residencial bi-familiar. Estrictamente este modelo supone dos viviendas dentro de un único volumen. Asumir esta premisa supone adosarse al edificio existente comprometiendo sus vistas y su espacio vital.
Ya que ambos edificios deben entenderse de forma unitaria a efectos normativos, la estrategia consiste en enlazarlos físicamente a través de una serie de elementos comunes constituidos por un patio compartido y las terrazas superiores.
La propuesta se centra por lo tanto en sección redefiniendo los diferentes niveles de la vivienda existente. La planta sótano pasa a ser nivel de planta baja y así sucesivamente. De esta forma ambos edificios quedan encuadrados dentro del perfil permitido y de una pieza unitaria.
Con estas condiciones el nuevo edificio se plantea como un elemento adaptado a la topografía que en cierta forma se prolonga a partir del edificio existente, avanzando hacia el extremo del solar y descendiendo a un nivel inferior.
La vivienda dispone de planta sótano, planta baja y primera. Esta planta primera se materializa en un volumen que emerge lateralmente sobre la rasante de la terraza de la vivienda existente. Entre ambas viviendas no existe una separación material expresa. Mediante un pliegue de la cubierta y su tratamiento vegetal se crea un espacio intermedio que distancia ambas viviendas pero siempre permitiendo las vistas sobre el espacio abierto.
La planta del edificio se organiza entorno a un patio interior que permite amplias visuales sobre los espacios interiores, abriendo la vivienda al espacio exterior, amplificando la dimensión de la misma pero manteniendo un alto grado de privacidad. Los espacios de comedor y salón se vuelcan por el contrario hacia el paisaje
La propuesta arquitectónica negocia un acuerdo entre ambos propietarios, y entre ellos y la legislación urbanística, en la que la propuesta se encaja de forma flexible. La arquitectura resultante es la materialización de este acuerdo.